viernes, 19 de abril de 2024

Orígenes del Castella: "Hay una experiencia tipo personal que revela lo valioso que estaba haciendo Arnoldo", escribió Uladislao Gámez


 Conocí a Arnoldo Herrera en el momento que me retiraba de la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica con sede aquí en la Escuela Normal de Heredia, me retiraba de las lecciones de Música Escolar, yo era profesor pero pasaba al Ministerio de Educación. 

Buscando profesores encontramos a Arnoldo y empezamos a tener una relación inmediata para valorar qué era lo que se venía haciendo y cómo se venía haciendo, y cuál era la intención y el objetivo de las lecciones. De inmediato Arnoldo (que sobre todas las cosas era un Maestro de Música perfecto, con todas las inquietudes, con todas las fuerzas, con todo el entusiasmo que siempre lo caracterizó), toma las lecciones y las realiza con gran éxito, esto nos mantuvo en unión y llevamos una amistad bien fundada desde ese momento. Luego lo seguí a lo largo de toda su vida, pues esto nos llevó a una amistad más cercana, fue el momento en que Arnoldo pensó en una escuela de arte para los niños concretamente, yo estuve de acuerdo con él. En ese momento fallece el señor Castella dejando una pequeña suma de dinero para actividades musicales, Arnoldo se adelantó y siembra la idea de esa escuela que buscaba. Es muy interesante porque un conservatorio como el que se quería, necesitaba que el profesorado fuera tan conocedor del objetivo y que además tuviera cualidades personales que le permitieran aprecia lo que se estaba haciendo en el colegio.

A Arnoldo había que dejarlo que hiciera las cosas a su modo, siempre tenía su forma de resolver los problemas porque era como un todo. Algunos criticaron mucho el tipo de escuela porque era una enseñanza muy amplia, muy abierta, muy libre, y los niños se manifestaban en su personalidad de chiquillos, lo cual la gente le asustaba la indisciplina que había en esta escuela. Eso no le preocupaba a Arnoldo, y desde luego yo que era su jefe superior, pues sabía lo que Arnoldo quería y lo que Arnoldo estaba haciendo, y se le permitía. Así Arnoldo cumplió con su escuela primaria con éxitos extraordinarios, pero al terminar la escuela primaria, la idea insistente, seguir a la educación secundaria, no se había pensado que la escuela tuviera la prolongación a la secundaria, pero a Arnoldo no se lo podía atajar en sus ideas, opinaba y actuaba con permiso o sin él, si consideraba que había que hacerlo lo hacía, desde luego que necesitaba mucha comprensión y estábamos de acuerdo en dársela, dejarlo que creyera lo que él conocía. La escuela secundaria empieza con un primer año, pero la sede de Sabana Norte ya no era suficiente para tanta gente y para tanta actividad. 

La secundaria lo obliga a buscar campo, desde luego el Ministerio no tenía medios para comprarle algún lugar donde pudiera establecerse. El Ministerio no lo tenía pero él sí, gracias a su propia actividad, y su propia agresividad ante la realización de las ideas. Un día me dijo: "ya tenemos finca en el Barreal de Heredia", después conocí como la junta administrativa del colegio le había aceptado la idea y cómo se había facilitado la posibilidad de compra de la finca, la compraron y la hicieron. Ahí mismo se realiza algo extraordinario, los propios alumnos del Conservatorio de Castella construyeron las primeras plantas del colegio. Allá el lodo, allá haciendo el ladrillo, allá las máquinas, no había problema, ahí estaban todos los alumnos haciendo y realizándose en la construcción del colegio, desde luego se necesitaba una gran comprensión, y aplacar las críticas que abundaron, no dejarse ir por las críticas sino por lo que uno mismo estaba comprendiendo, esto me llevó a que se acrecentara en mí la admiración, el respeto, el cariño y el afecto hacia Arnoldo.

El asunto con Arnoldo es que no pensaba en una actividad, se abría completamente a todas las actividades artísticas, y ese sabor se lo dio a su escuela. Pronto ahí los muchachos con moldes de barro haciendo esculturas, en madera, en piedra, etc. Hay una bellísima escultura de Mauro Fernández en el colegio de San Juan de Tibás creada por un alumno de la escuela de Arnoldo. Él tenía la particularidad de que se abría a las impresiones que tuvieran sus propios alumnos, les daba no solamente lo que él quería dar sino lo que el alumno necesitaba que se les diera para seguir sus propias actividades, sus propias capacidades, era muy abierto, fue la característica que siempre tuvo Arnoldo. 

Una buena vez asistí a un acto público en Sabana Norte, se presentaron dos muchachos en piano, yo había logrado cierto avance y capacidad en el instrumento, había tenido mi avance personal y conocía bien la técnica, al verlos y escucharlos en forma tan brillante como la que hicieron uno y otro no me pude controlar y subí al escenario para felicitarlos y ofrecerles al mismo continuidad. Le pregunto a uno qué va a estudiar?, lo cual me respondió: yo ya hice la solicitud en la Universidad de Costa Rica, qué va a estudiar en la Universidad de Costa Rica?, medicina me dijo. Entonces el modelo no exige que la vocación se continúe militarmente, el muchacho sale con una base de cultura firme, fundamental, pero que le permite optar por otras actividades de tipo académico, y esto no es más que la libertad en donde se han formado estos muchachos. 

El segundo sí, me dijo, yo voy a seguir estudiando el piano, pero salgo del país porque tengo una beca en Alemania. Ese era otro de los aspectos de Arnoldo, el interés que ponía a los muchachos distinguidos en abrirles oportunidades, en este caso Europa, así sacó tenores, así sacó sopranos, entre otros. Recuerdo que había un tenorcito muy lírico, muy bueno, de repente el muchacho salió con una beca para España al Conservatorio de Barcelona

Arnoldo hacía sus viajes y andaba a su vez buscando para el colegio. Arnoldo y el Castella eran una sola cosa, para él era más que la corbata, más que el vestido, más que el saco, era algo fundamental de él, y le conseguía grandes oportunidades a sus muchachos. Algunos volvieron al país, otros no regresaron, el muchacho que hablé es un concertista internacional: Luis Monge, muchacho de gran valía, precisamente  cuando llega a Costa Rica no pudo dar un concierto con la Sinfónica Nacional porque no le dieron la oportunidad. 

Él creaba su propia pedagogía. Esto desde luego chocaba con las normas un poco rígidas que poseía la estructura del un ministerio, las disposiciones del Consejo Superior de Educación en cuanto a planes, programas y todo eso. Arnoldo no podía respetar esas normas, entonces se logró con el Consejo Superior de Educación que se dejara la experiencia de Arnoldo completamente abierta, que se le permitiera trabajar como él quería. Y así se creó, así siguió y así es, porque Arnoldo le dio una fuerza tan grande de creación a esa institución como nunca se había logrado en el país, ni en lo académico ni en lo artístico; por eso el Conservatorio de Castella es un modelo de colegio para el país, y por eso años más tarde el Consejo Superior de Educación para reconocerle el trabajo a Arnoldo, declara obra de arte todo lo que ha hecho el Conservatorio de Castella, en todas las actividades  artísticas. Es decir, no es obra de arte porque escribió un libro, no es obra de arte porque sabía dar lecciones, no; es obra de arte todo lo que él podía, hacía, y quería hacer, esto es una característica muy clara, muy concreta, que fue inusitado que el Consejo le diera esa libertad de trabajar y que se le reconociera su trabajo como obra de arte. 

Arnoldo se creó él, fue autor de su propio pensamiento, fue autor de sus propias manos, fue un poco de Abraham Lincoln, yo diría que Arnoldo fue un lincolniano perfecto

El Conservatorio de Castella es un modelo exclusivo de Costa Rica y del área, antes de este Conservatorio no había en ninguno de los países centroamericanos ninguna institución de esa naturaleza. No se puede comparar desde luego una institución  experimental como la que inició Arnoldo a la par de lo sistemático progresivo que lleva el desarrollo de la educación del país; pero sí es ejemplar la forma de lograr la espontaneidad del niño entre el resultado de escuela sistemática y una escuela experimental abierta totalmente. Aún más, al iniciar esta escuela hasta los propios profesores fueron escogidos, no era cualquier profesor el que llegaba al Conservatorio sino que debían tener capacidad artística, comprensión artística, cultura artística, porque si no venía el choque entre el sistema académico y el artístico, ya que lo académico exigía que las cosas fueran de una forma determinada y el Conservatorio de Castella desarrolla libremente toda una forma de proceder en su organización metodológica; es muy distinto, este es uno de los valores del Conservatorio, que dentro de la institución se realiza con mucho éxito tanto lo académico como lo artístico. Hoy día el Conservatorio de Castella forma sus bachilleres y ellos llevan información de materias académicas, pero a la par llevan asignaturas propias del objetivo del Conservatorio.

Hay una experiencia tipo personal que revela lo valioso que estaba haciendo Arnoldo. En un momento cualquiera, recibo una llamada de teléfono de una familia que venía de República Dominicana, que querían conocer el sistema educativo del país, las personas eran representantes de grupos industriales  que ayudaban a las escuelas de ese país. Cuando conocí la idea me trasladé a atender las visitas y les dije: bueno, colegios de educación secundaria -académicas- ustedes tienen allá y los tienen muy buenos, de modo que vamos a ir a una escuela experimental que se llama Conservatorio de Castella. Cuando llegamos, casi sin anunciarle a Arnoldo porque todo está acordado en el automóvil, al parquear, el auto fue rodeado de chiquillos, éstos empezaron voluntariamente a saludar a las visitas y a mí, desde luego esto asombró a los señores, la capacidad de cultura del niño, de atención a la gente extraña a la Institución. La señora, con ese sentimiento maternal de la mujer, se encantó con un chiquillo que se le acercó mucho, que de una vez la abrazó y le dijo: venga para que conozca nuestro colegio, y los chiquillos sentían que estaban ante visitas que tenían que conocer su colegio; es decir que el Conservatorio de Castella es interior al alumno, ellos son los dueños del Colegio. Entonces llevaba a la señora guiándola, enseñándole esta, otra cosa, hasta que llegamos a un grupo de primer grado que estaba trabajando, y donde pertenecía el alumno, él llegó y se sentó en su pupitre. La maestra nos atendió, el señor Tabares preguntó qué están estudiando?, los chiquillos eran los que contestaban y no daban tiempo a la maestra que escogiera quién. Bueno, ahora estamos en clase, en tal asignatura, pero después yo para el piano; otro dijo: yo para violín, entonces esto perdió totalmente al señor Tabares, porque uniformidad de grupo y academia; es decir un grupo fijo, no puede separarse de un programa, de un plan, aquí cada chiquillo escogía. Inmediatamente  el señor preguntó: quién planea esto? un chiquillo arriesgado se paró y dijo: yo planeo lo mío, los demás planean lo de ellos, cada uno de nosotros planeamos lo que tenemos que hacer, por ejemplo a mí me gusta el piano, y yo quiero tocar el piano. Esto perdió al señor porque se necesitaba tener mucha capacidad en materia de educación, se necesita mucha capacidad de comprensión de la capacidad del niño para planear su vida, cuando está en un ambiente que le permite hacerlo, salirse de lo fijo de un plan sistemático, progresivo, graduado, para hacer lo que necesita a la hora que lo necesite. Este fue un golpe certero que le pegó el chiquillo a la visita, desde luego, ya se le tuvo que explicar a esa gente cómo funcionaba la Institución, estuvieron en la clase hasta que se terminó, ya tocaba el almuerzo.

Yo tenía un problema de tipo personal, esa pareja eran millonarios de mucho poder, me pregunta a dónde los llevo a almorzar? mientras estaban en el aula. De repente llegó el chiquillo y resolvió el problema, tomó a la señora y dijo: "vengan a almorzar con nosotros". Yo no hallaba qué hacer, porque yo conocía los comedores escolares, invitar una visita millonaria era poner en aprietos al director, pero Arnoldo se moría de risa de todo lo que estaba pasando, porque era ideal, como que ese chiquillo lo hubiéramos hecho especial para ese día 😊. La señora se volvió al marido y le dijo: quedémonos a almorzar. Los chiquillos salieron volados pusieron una mesa, un mantel, trajeron arroz, frijoles, albóndigas, algo más, y la señora parecía que nunca había comido una delicia tan grande, de feria el chiquillo dijo: les voy a traer una cosa, se fue y trajo un cacao, el postre de ese día, la señora no se comió uno, se comió dos, y se hubiera comido tres, porque estaba feliz.

El señor Tabares que me parecía tenía una gran autoridad en cooperación con la educación, se queda viendo y le dice a Arnoldo: mire don Arnoldo, usted se iría el lunes con nosotros directamente a Santo Domingo?, Arnoldo con su franqueza abierta responde para qué? pues para que nos haga lo que usted tiene aquí. Arnoldo técnicamente le dice: esto se hace en Costa Rica, yo no conozco Santo Domingo y no sé si se pueda dar un colegio del tal apertura, de tal respeto a la concepción del niño. El señor vuelve a insistir, entonces Arnoldo le dice: no me puedo ir, porque es a ustedes a quienes les toca formar su propia escuela; sin embargo me puede mandar unos tres maestros escogidos por ustedes para recibirlos y ponerlos a trabajar aquí, para que conozcan y lleguen a Santo Domingo con las ideas.

Los señores Tabares llegaron a su país, un tiempo después estuvieron por un periodo unos maestros en el Castella ❤️. Qué resultado obtuvieron? No lo conozco.

Ese día el Conservatorio se dibujó, se presentó en una forma tan viva y tan real, que asombró a una persona de una cultura superior, que estaba deseando elevar el nivel cultural de su país. Fue un reconocimiento muy valioso, porque después supe que él llegó maravillado a su país, contando lo que había visto en el Conservatorio de Castella. 

 Uladislao Gámez Solano (Puntarenas, 8 de agosto de 1909 - Heredia, 12 de enero de 2005) fue un docente y político costarricense, ejerció el cargo de Ministro de Educación Pública en tres ocasiones, todas durante las tres presidencias de José Figueres Ferrer.

Este material fue publicado para el 51 aniversario del colegio, en el 2005, por la Revista Cultural Castella. En ella se indica que se permite la reproducción parcial o total indicando la fuente.

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