sábado, 13 de abril de 2024

Orígenes del Castella: "Arnoldo siempre estuvo muy pendiente de que el sistema del Ministerio no fuera a absorber el espíritu de la institución que se quería crear", Ricardo Ulloa Barrenechea

 



Cuando Arnoldo regresa a Costa Rica en 1940, ya no compone música. Se le permitió dirigir la Sinfónica una o dos veces, claro que esto de director invitado no ofrecía ningún plan favorable, si lo hubieran nombrado director de la Sinfónica se hubiera favorecido profesionalmente. 

De ahí que Arnoldo con su actividad de compositor no encontró mayor eco, y además, tuvo que empezar a preocuparse de qué iba a hacer musicalmente en Costa Rica dentro de las posibilidades que habían. Al principio intentó el camino que tenemos que seguir todos, el de dar clases en algunas instituciones, pero su manera de ser producía muchos choques entre las instituciones y él. Surge entonces la idea del Castella, que era una idea muy realista. La posibilidad de que Arnoldo se pudiera realizar musicalmente en Costa Rica pero sin depender de nadie, siendo él director de una institución, y de un sistema. 

A mí me tocaron los inicios del Castella, luego desparecí, Arnoldo siguió con su plan, y cuando regresé de España pasé a formar parte de la planta de profesores permanentes en el Castella. No siempre estuve de acuerdo con Arnoldo en todos los planes, yo creo que diferíamos no en asuntos esenciales como los conceptos que él tenía sobre la educación, en eso sabía mucho más que yo, no pertenezco a ese campo, mis diferencias más bien eran de tipo organizativo, de tipo disciplinario, Arnoldo tuvo la habilidad de crear un sistema suyo de enseñanza, pero no hay que olvidar que él como director, tenía que seguir con los planes del ministerio, no se podía alejar del todo, inclusive, a través de la orientación, que siempre Arnoldo manejó con mucha habilidad, a veces había que ceder, es decir, el ministerio tenía por su cuenta planes, que variaban mucho entre los distintos ministros que tuvimos, pero Arnoldo con una gran habilidad fue logrando darle personalidad, el sello herreriano, a pesar de ser una institución en donde teníamos que seguir los procedimientos del Ministerio de Educación.

Así que desde el principio mi relación con Arnoldo fue una relación con un maestro.Yo he insistido mucho en que la vida de Arnoldo en Costa Rica fue bastante curiosa. Él siempre tenía la congoja, la desilusión de no haber podido ser director de orquesta, sin embargo, Arnoldo se fue disponiendo de tal manera que la vida lo fue obligando a ser un gran pedagogo. Él nunca pensó que la vida le iba a hacer la jugarreta de transformarlo en un educador tan importante como Alejandro Aguilar Machado, posiblemente de los tiempos modernos esos son los dos grandes educadores de Costa Rica. 

Yo creo que todo se fue armando sobre el camino, es decir, Arnoldo en su forma de ser nunca planeaba nada de su vida para luego caminar con la precisión de un reloj, él era temperamental e intuitivo, fue descubriendo su metodología sobre la marcha. Es muy curioso que lograra armar una institución a través de la libertad, tanto por parte de los alumnos como de los profesores. 

Entre 1950 y 1960, se da un periodo totalmente neutro, que es uno de los periodos más graves que ha tenido el artista costarricense en Costa Rica. Fue una época de crisis que tuvieron que vivir pintores como Teodorico Quirós, Fausto Pacheco, Manuel de la Cruz González, pues resulta que en la Costa Rica de mil novecientos cincuenta un pintor no significaba nada, pero a partir de 1960 ya un pintor, un escultor, ó un actor comienzan a tener sentido, tenemos el caso de Teodorico Quirós que almacenaba en su casa casi toda su colección en armarios, ó en lugares especiales, a partir de 1960 dio a conocer toda su obra en vida y empezó a ser adquirida, fue cuando quedó Teodorico sin cuadros en su casa. 

La organización del Castella coincide con una serie de fenómenos importantes que se dan después del cuarenta y ocho, especialmente entre 1950 y 1960. Antes del Castella la situación artística del país era muy pobre, pero la fundación y los inicios del Castella coinciden con la Dirección de Artes y Letras (hoy Ministerio de Cultura), eso significó un renacimiento dentro de la vida artística del país. Se dio el movimiento más importante de la época. 

El Castella fue lo que Arnoldo quiso que fuera, y también lo que Arnoldo era. El Castella es un fenómeno natural no prefabricado por el ministerio de educación o por un grupo de personas.

Me parece que el gran logro de Arnoldo coincide con modelos de enseñanza europeos o tal vez alguno en los Estados Unidos. Su desarrollo radica en el sentido de libertad y de la espontaneidad, Arnoldo siempre se manejó dentro de este modelo, porque cuando una institución se codifica, termina transformándose en una institución oficializada, mediante una metodología que considera ser eficiente a priori, por el contrario, en Arnoldo todo lo eficiente era a posteriori. Esta es la diferencia entre lo dialéctico; lo dogmático estuvo representado por el ministerio de educación a través de los orientadores y los representantes del ministerio. 

Arnoldo siempre estuvo muy pendiente de que el sistema del Ministerio de Educación no fuera a absorber el espíritu de la institución que se quería crear. El reto era mantener la imagen a través de los años, hay que tomar en cuenta de que siempre existen profesores claves a los cuales hay que echar mano, y tal vez son más importantes de lo que se cree. 

Ricardo Ulloa Barrenechea

(1928 - 2019)

Ricardo Ulloa Barrenechea fue un escritor, pintor y músico costarricense. Tuvo su formación pianística en el Real Conservatorio de Música de Madrid, donde obtuvo el Diploma de Capacidad del Curso Superior de Piano. Posteriormente realizó un curso de acuarela con Leonardo Tejada. En España tomó el curso libre del Círculo de Bellas Artes de Madrid. Después volvió a Costa Rica donde formaba parte del Grupo Taller, grupo propulsor de las tendencias abstractas y modernas, en general. . 

Fue profesor del Conservatorio de Música en la Universidad de Costa Rica y en la Escuela Normal de Costa Rica. Participó en diversas revistas como crítico de arte.  Fue miembro de honor del Ateneo Universitario, Cavaliere de la Orden de Stella della Solidarietá Italiana y además fue miebro de de la Asociación Internacional de Críticos de Arte. 

Ganó varios premios: en 1963 el Primer premio en Música, Segundo en Pintura y Tercer premio en Poesía, de los Juegos Florales y en 1981 ganó el Premio Aquileo J. Echeverría en Música.   Su obra escrita incluye las publicaciones: La Virgen María en el Museo del Prado (1967); Ángel del camino (1970); Enrique Echandi (1973); La música y sus secretos (1979); Pintores de Costa Rica (1982); Fernando Soto Harrison: pintor costarricense (1995).

Este material fue publicado para el 51 aniversario del colegio, en el 2005, por la Revista Cultural Castella. En ella se indica que se permite la reproducción parcial o total indicando la fuente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Orígenes del Castella: Una mirada sobre la grandeza de don Arnoldo, en la voz del Poeta Osvaldo Sauma.

 Desde esa vieja banca que aún permanece en los pasillos de la dirección, Don Arnoldo contemplaba la magnitud de su sueño. Era usual verlo a...