sábado, 20 de noviembre de 2010

Recorrido del primer Henchoz en Costa Rica (mi tío bisabuelo Louis) por el río Sucio con Pittier, Piguet y la Srta. Biolley

24 de noviembre 1889, Louis Samuel Henchoz

Parque Nacional Braulio Carrillo 


Que noche más sabrosa la que pasé la primera vez que dormía en Costa Rica, no puedo decir que a menudo haya dormido tan bien en mi vida, prueba de ello es que tuvieron que ir a despertarme a las 6.00 a.m. para el desayuno, por cierto bastante frugal, para luego cabalgar hasta el medio día, el tipo de desayuno parece que es la costumbre aquí, creo que debo acostumbrarme.

Luego del desayuno fuimos a buscar las bestias y a las 7:30 a.m. iniciamos el viaje, primero pasamos por un terreno sin declive pero de pronto se transformó en una cuesta empinada, después atravesamos un río que era muy sucio, el Sr. Pittier dijo que se llamaba Río Sucio.

Al principio mi caballo no quería caminar pero el Sr. Piguet me dio una espuela y ese artilugio tuvo la virtud de despertar a la bestia, lo que me extrañó mucho.

Desde luego que no vamos rápido, vamos paso a paso porque tres señoritas que van con nosotros nunca han montado a caballo, pero a decir verdad ellas no van muy mal.

Nos dieron unos caballos pequeños pero que son fuertes para llevarnos por esas pendientes que a veces son rudas, luego entramos en la selva ¡que vegetación más bella! no se ven árboles muy grandes, pero eso si, una tierra cubierta de plantas, bejucos y unos helechos que tienen dos veces mi altura.

Es fantástico ver estos precipicios, al fondo de los cuales ese oye un río, por momentos no vemos más que el cielo y la selva. A las 9:00 a.m.  llegamos a un albergue, pero a decir verdad eso era un rancho sin ventanas y donde los cerdos se paseaban tanto por adentro como afuera de la estancia. Encontramos con dificultad un banco para sentarnos, después de media hora de descanso subimos de nuevo a las cabalgaduras, el camino sube siempre, a veces la pendiente es tan alta que nos parece imposible ver pasar animales tirando carretas y es cierto allí pasan varias cada día.

A las 12:30 p.m.  llegamos al término de la subida y vimos una bandera que flota al viento que nos dice que un albergue,

Nos quedamos allí para comer y dejar descansar los caballos, luego del almuerzo fuimos a dar un paseo por los repastos, pero una ciénega de verdad, al regresar llegamos cargados de barro. A las 4.00 p.m. salimos de nuevo pero tenemos que dejar una parte de la comitiva por causa de la Srta. Biolley que estaba muy cansada. Para mí, este fue un día de viaje muy lindo, ahora dejamos de subir y empezamos la bajada y los caminos son mucho mejores, desde luego tampoco vamos muy rápido, ya no hay montañas, es sobre todo repastos y se ve mucho ganado, hay algunas casas, al lado del camino.

La noche nos sorprende caminando y vemos a lo lejos, las luces de San José, a donde llegamos a las 8 de la noche muy contentos y no muy cansados. Nosotros vamos a comer al Hotel Francés y después vamos a dormir a la casa del Sr. Pittier.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Hijo del alma

De José Martí, para Ismaelillo

    ¡Tú flotas sobre todo,
Hijo del alma!
De la revuelta noche
Las oleadas,
En mi seno desnudo
Déjante al alba;
Y del día la espuma
Turbia y amarga,
De la noche revuelta
Te echa en las aguas.
Guardiancillo magnánimo,
La no cerrada
Puerta de mi hondo espíritu
Amante guardas;
¡Y si en la sombra ocultas
Búscanme avaras,
De mi calma celosas,
Mis penas varias,
En el umbral obscuro
Fiero te alzas,
Y les cierran el paso
Tus alas blancas!
Ondas de luz y flores
Trae la mañana,
Y tú en las luminosas
Ondas cabalgas,
No es, no, la luz del día
La que me llama,
Sino tus manecitas
En mi almohada.
Me hablan de que estás lejos:
¡Locuras me hablan!
Ellos tienen tu sombra.
¡Yo tengo tu alma!
Ésas son cosas nuevas,
Mías y extrañas.
Yo sé que tus dos ojos
Allá en lejanas
Tierras relampaguean,
Y en las doradas
Olas de aire que baten
Mi frente pálida,
Pudiera con mi mano,
Cual si haz segara
De estrellas, segar haces
De tus miradas:
¡Tú flotas sobre todo,
Hijo del alma!

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Horno comunal en L'Etivaz, donde vivió el bisabuelo Daniel.


Horno comunal de más de 350 años, ahí está impertérrito viendo pasar los años  "lindo preservar la historia". Este horno se encuentra en el pueblo de L´Etivaz, cantón de Vaud, Suiza Francesa y es la villa donde nació el bisabuelo Daniel Henchoz. L’Etivaz, su nombre evoca un cuento, esta palabra se repite en las lenguas romances: Lo Estival o El Estió pues en estas altas cumbres crecen los pastos de verano", Carlos Henchoz, mi padre, arrecostado en la pared frontal.

Baila conmigo amor. Canta Perla Batalla.

 ¡una batalla de perla!

http://www.youtube.com/watch?v=E25ZTfuMpIA&feature=related

                                                                      26 de diciembre