"(...) de coraje y valentía
dijo: "¡aquí nadie dispara
si no es a la orden mía!"
Se abrió la camisa blanca,
rezó la santa oración
y le gritó a los soldados ...
"¡Fuego!" con todo pulmón,
Suavemente se fue a tierra
catorce balas sembradas,
aunque era Setiembre,...vi
...catorce guarias moradas.
Y todo el mundo era un llanto
en lo lejos y en lo junto,
mientras los jefes decían
"¿Qué hacemos con el difunto?"
dijo don Máximo Blanco
"tirémoslo al ancho mar
para que las otras fieras
se lo puedan devorar,
pues si le damos sepulcro y
lo ponemos en santuario
las gentes vendrán a verlo
como quien viene al calvario" (...)