viernes, 14 de octubre de 2011

Paco Ibáñez, te amamos como a León Felipe por esta Piedra ligera, como tú.....

http://www.youtube.com/watch?v=FLI46jzAh4k





Así es mi vida,
piedra,
como tú. Como tú,
piedra pequeña;
como tú,
  piedra ligera;
como tú,
canto que ruedas
por las calzadas
y por las veredas;
como tú,
guijarro humilde de las carreteras;
como tú,
que en días de tormenta
te hundes
en el cieno de la tierra
y luego
centelleas
bajo los cascos
y bajo las ruedas;
como tú, que no has servido
para ser ni piedra
de una lonja,
ni piedra de una audiencia,
ni piedra de un palacio,
ni piedra de una iglesia;
como tú,
piedra aventurera;
como tú,
que tal vez estás hecha
sólo para una honda,
piedra pequeña
y
 ligera...

domingo, 18 de septiembre de 2011


MÚSICA

Eso es imposible... ya es posible




ERIKA HENCHOZ erikahenchoz@gmail.com 06:07 A.M. 20/08/2011
Sonoridades que emocionan y cuentan historias. Sincronías que se ajustan a ocho manos y cuatro guitarras. Un ensamble de madera que supo elegir y acoplar sus piezas para difundir la obra musical compuesta por artistas de sitios lejanos y cercanos.

A través del percutir y el rasgueo de las cuerdas de la cithara, el Cuarteto de Guitarras de Costa Rica se sustrae un rato de escena para conducir a sus seguidores a conocer los orígenes de la agrupación, que está por estrenar su primer disco compacto: Eso es imposible.
Fundado en el año 2008, este grupo de música de cámara surgió de entre compañeros de la Orquesta de Guitarras de la Universidad de Costa Rica.
Larga distancia. Julio Monge Villanea, Erik Cascante, Edmundo Núñez y Manuel Durán conforman el cuarteto que se propuso enaltecer la buena música.
El grupo trabaja con dedicación, y cada integrante cuenta con características especiales que generan resultados en los otros.
“La fortaleza de uno es debilidad en otro; esto hace que nos apoyemos y generemos el equilibrio básico que exige la música de cámara”, comenta Erik Cascante.
Julio Monge Villanea reconoce que en Costa Rica se da un movimiento importante en la guitarra clásica. “Por esto, un cuarteto era necesario”, expresa.
Desde entonces, el grupo enriquece su repertorio con arreglos de obras nacionales, latinoamericanas y mundiales.
El ensamble apunta al crecimiento gracias al apoyo de maestros y amigos, como Otto Castro, Alonso Torres, Luis Zumbado, María Clara Vargas Cullell, Walter Field, Miguel Jara, Eugenio Sáenz y otros.
Bien dice el guitarrista cubano Eduardo Martín que, “en el arte, las carreras son de larga distancia; no de velocidad; nadie llega primero ni último porque las metas están siempre en el horizonte”.
Descifrar la partitura. La evolución del artista con la guitarra se logra con el tiempo. “El trabajo es intenso. Todos tenemos horarios definidos, que respetamos aunque debamos hacer sacrificios”, explica Erik Cascante
Ellos trabajan cuatro horas semanales juntos, y otras por separado. Un músico no llega al escenario con su instrumento para ver cómo salen las cosas.
“Uno debe sentarse durante horas, a solas y concentrado, para descifrar la partitura y para dar vida a lo que está en el papel”, dice Erik.
El resultado es una aproximación inicial a la música; luego sigue un proceso individual, largo y detallado, para llegar al ensayo y armar la música.
En palabras de Julio Monge, la música es una actividad artística profunda y amarrada a lo más íntimo de los sentimientos. “Cuando se quiere lograr un buen nivel de ejecución de un instrumento, se adquiere un compromiso que solo puede llevarse a cabo mediante la disciplina”, asegura Julio.
Según Erik, el resultado brinda un bienestar que permite ver y vivir el mundo de manera distinta: “Se enriquece el ser y se define lo mejor que damos a los demás y a nosotros mismos”.
El primer disco del grupo.Eso es imposible, se estrenará el 22 de setiembre en el Teatro Nacional. Este cedéhace un recorrido por distintas culturas, sonidos y emociones.
De Costa Rica se salta a la exuberante Amazonia brasileña, luego a tierras dulces de Martí y Guillén (Cuba), para concluir su periplo por la patria de los poetas del Siglo de Oro y por la estepa rusa.
El cuarteto apostó al bolero más celebrado de Ray Tico para bautizar la grabación. El disco compacto se presentará en el XVIII Festival Internacional de Guitarras de Costa Rica, que dirige el maestro Luis Zumbado Retana.
El sonido de este trabajo revela una visión novedosa y fresca, diferente de la “guitarra clásica”, asegura Manuel Durán.
El disco reúne ocho obras en total, y las tres siguientes son las piezas nacionales: Eso es imposible, conocido bolero de Ray Tico con arreglos de Alonso Torres; el Pasillo en mi menor, de la región guanacasteca y original de Alonso Torres (una de las piezas para guitarra que más se ejecutan en Costa Rica en guitarra sola o en ensambles); Al caer la tarde, tema original de Edmundo Núñez, miembro del cuarteto. Esta pieza fusiona la técnica clásica con rock y jazz.
Entre las obras de compositores extranjeros se incluyen la Suite Amazona, de Celso Machado, uno de los guitarristas y compositores brasileños más reconocidos. Él encargó al cuarteto el estreno mundial de esta obra.
Otros temas son Suite Habana y Hasta Alicia baila, de Eduardo Martín, uno de los guitarristas cubanos más sobresalientes de hoy.
Se incluyen también el Vals de las flores, del balletEl cascanueces, de Chaikóvsky, y la emblemática Sevilla, del español Isaac Albéniz. Este disco se grabó, mezcló y masterizó en San José, en el Instituto Costarricense de Enseñanza Radiofónica (ICER), gracias a la colaboración de Miguel Jara y el ingeniero de sonido Eugenio Sáenz.

lunes, 1 de agosto de 2011

¡Desde Machu Pichu!

¿Quién sí SABE SI Las Estrellas Hablan Entre?
¿Quien podria Decir Que El cosmos No Es El
lecho de amor más grande Directivos Directivos?
¿O SI Los Soles tibios INFINITOS Han Sido Hogares
parrafo galaxias Calentar? Plateadas Cobijas
del amor del Mundo.

Yo puedo contestar.
yo puedo Hablar de los Confines del pensamiento.
Y AÚN Allá, Lejos Lejos de bronceado,
se pierden Distantes e inalcanzables
los latifundios cósmicos del amor.

Hijo Las caricias Más Anchas Que la Luz,
dimensionan INFINITOS La Altura los nortes,
Que se avergüenzan pequeños
ante Una canción de amor.

Yo puedo contestar, Porque Me Vieron
Los Soles
las estrellas
y los Días
Testigos Siderales del amor errante.

Yo puedo contestar
Mundo eternos, ateridas piedras de luz
araron Las Sabanas
soledades peinaron,
y me Dijeron un dia
Que lechos de heno En El cosmos
mediodías en el cielo,
Y Que el remoto Lugar Habia Donde Llegado
No Se Distingue en Lo Que Miras,
Si Es Allá
o si es mañana,
Pero Que siempre Será morada
de corazones y versos
de mieles evaporadas, Que recogi En Este
cántaro, Que Me Presto Una luna Cercana
párr dártelo a ti, mi diosa,
CUANDO Pudiera encontrarte.

Regalo Que Me Hizo mi amigo a finales de los 80.s





Montañas Machu Pichu un son Perfil de hombre, 

La FUE Imágenes helicóptero de la ONU desde Tomada.


miércoles, 6 de julio de 2011

Antidio Cabal González en entrevista


"La razón piensa y el corazón siente."
ERIKA HENCHOZ mailto:erikahenchoz@gmail.com08:20 A.M. 25/06/2011
 Suplemento ANCORA , La Nación, Costa Rica

Las fronteras no separan a la filosofía de la poesía en la obra de Antidio Cabal González: es tan poeta como filósofo, y viceversa. “No pretendo evangelizar a nadie, ni a mí mismo; la poesía y la filosofía están intraunidas desde el arjé [del griego, ‘el qué’]”. Esto se advierte en la poesía tradicional popular y anónima; pensar e intuir fluyen según una “antropología silvestre”, sin compartimientos.
Don Antidio nació en Las Palmas de Gran Canaria (España) en 1925. Desde 1949, su segunda patria es esta angosta y biodiversa cintura americana. Hoy, a con 85 años, don Antidio sigue vibrando en sus escritos, de la misma forma como cuando se inspiró del paisaje rural empedrado y cálida brisa de su Piedades de Santa Ana: “pueblo de cierto halo cósmico” en las montañas del sur de San José. Le inspiraron también Puntarenas, Limón, y el siempre vivo aeropuerto internacional La Sabana con zacate y vacas en medio de él.
Cabal pasó muchos años en el anonimato en Costa Rica.
“Escribir y no publicar: eso lo necesitaba. Me bastaba la exudación como única necesidad cumplida. No presumo de ello; simplemente me ocurría”, afirma.
Su vida se centra en dos pasiones: la historia de Costa Rica y la poesía. “La poesía es un estado natal de mi espíritu, y Costa Rica un acontecimiento sobrevenido a mi espíritu, un país donde llueve con confianza”.
“Como seres humanos nos rigen un código genético somático, y un código genético en el espíritu, de modo que en orden al espíritu resulta inevitable cumplir determinadas necesidades –por ejemplo, el de la poesía–, de la misma manera que, en relación con el cuerpo, resulta inevitable dormir o comer”, dice el escritor.
“De este país hay que decir que se trata de un lugar que descubrí como sociedad, y unidad inédita en la historia de las naciones. Costa Rica tiende más a la vida que a la muerte, lo cual implica una substantividad ética”.
Su primer trabajo en tierras costarricenses lo condujo al Conservatorio Castella, en 1958, como profesor de Orientación Poética. Allí compartió con su amigo Néstor, el escultor Zeledón Guzmán.
“Entonces, como esencia y substancia poéticas, Costa Rica ya era condición de mi poesía”. Esto hay que decirlo y subrayarlo.
La poesía sobre nuestro país se le publicó a Cabal hasta octubre de 1982 con el título La Costa Rica. Por esas fechas, el poeta empieza a tener conciencia inicial y a fondo de la Campaña Nacional del 56 y de Juanito Mora.
“En un momento determinado, y en ciertas circunstancias, nos encontramos Carlos Luis Fallas, Fabián Dobles y yo en una cafetería en San José. Pregunté a Fabián por qué no escribía una novela o unos cuentos cuyo tema fuese la guerra contra los filibusteros; él me contra-propuso diciendo que porqué no la abordaba yo, poéticamente. He ahí su punto de partida ex ovo [desde el huevo, desde el origen]”.
Ahí surge el Cantar de gesta de Juanito Mora, cuya segunda edición se le entregó en mayo del año pasado.
Para los años 60, ya había publicado una versión lírica de las proclamas de Mora Porras, titulada precisamente Las proclamas.
Don Antidio, que significa: “Dios del fuego” de los nativos–, es un hombre alto, delgado y de muy buen ver. Articulista, comentarista y editor, entre otros oficios; vive montaña adentro y arriba donde convergen todos los santos, en la provincia de Heredia.
¿Cómo clasifica y califica su poesía don Antidio?
“En verdad, yo no tengo ni idea, francamente. A los 18 años dejé de escribir juzgando que, si no iba a alcanzar la calidad de Homero, Safo, Lucrecio, Dante o San Juan de la Cruz, ¿qué sentido había en que yo me dedicase a querer ser poeta?”.
Cita de Cervantes, quien en su Viaje al Parnaso escribió: “Yo, que en vano me afano y me desvelo, / por pretender que tengo de poeta / la gracia que no quiso darme el cielo”.
Cabal se explica: “No obstante, en materia de clasificación sí puedo decir, ‘preceptivamente’, que tengo una poesía del yo y una poesía del nosotros; y, en materia de calificación, que mi poesía del yo y la del nosotros lo deben todo a la filosofía griega, especialmente a los presocráticos”.
En España, durante siete años, don Antidio cursó una secundaria en cuyos últimos tres años se impartía filosofía; esto cambió su pensamiento. Para él, los presocráticos son poetas, y de ellos aprendió que la poesía y la filosofía son las dos caras de una misma moneda; que la razón sabe sentir y el corazón sabe pensar.
¿Cómo observa la actividad editorial costarricense?
En general, la de antes y la de ahora revelan una fuerte tendencia endogámica; en lenguaje coloquial: casera, pero en sentido prescriptivo, no peyorativo. No es malo que sea endogámica, sino que casi exclusivamente sea endogámica. La actividad editorial del país no trae el mundo a Costa Rica. Hay excepciones, como cierta ramificación de la Editorial de la Universidad de Costa Rica.
Cabal se acuerda de cómo Carlos Rafael Duverrán fue víctima de esa “política editorial de sacristía”. Desde luego, reconoce que la producción editorial costarricense, cuantitativamente, es elevada si se considera el número de habitantes del país.
Estancia en Venezuela.
Don Antidio llegó a tierras bolivarianas en febrero de 1961. Fue editor personal de tres expresidentes de la República de Venezuela: Rómulo Betancourt (1959 y 1964), Raúl Leoni (1964 y 1969) y Rafael Caldera (1969 – 1974). Se tituló en Filosofía con una tesis que interpretó la ética incursa en El capital, de Karl Marx. Luego se desempeñó como profesor de Teoría Poética para maestros universitarios y de segunda enseñanza.
Cabal regresa a Costa Rica en agosto de 1976 y se vinculó a la Universidad Nacional, hasta su jubilación, como profesor de Filosofía. Para esta entidad fundó la Editorial conocida por sus siglas: EUNA.
Antidio Cabal se vinculó con escritores como Carlos Luis Sáenz, Fabián Dobles y Virginia Grütter, y con políticos como Rodrigo Carazo y Luis Alberto Monge. Editó la revista Combate donde publicó artículos de Rómulo Betancourt, Víctor Raúl Haya de la Torre, Salvador Allende, José Figueres, Daniel Oduber, Luis Muñoz Marín, Juan Bosch, Rodrigo Borja y Norman Thomas, entre otros.
Se desempeñó luego como gestor literario. En los años 50 publicó a poetas como Eduardo Jenkins, Ana Antillón, Raúl Morales, Mario Picado, Carlos Luis Altamirano y Guillermo Ramos Morales, que aparecieron bajo el sello de la Colección Oro y Barro.
El mismo Isaac Felipe Azofeifa vio su primera obra publicada bajo aquel sello pues su poesía había sido solo leída en revistas. También, Cabal prologó las primeras obras que dio a conocer el sacerdote y poeta Ernesto Cardenal.
Fundación y futuro
Antidio Cabal también es fundador del Teatro de las Artes CIDEA y cofundador de la Editorial Costa Rica junto con Fernando Volio Jiménez, Fabián Dobles y Eduardo Jenkins. El poeta ha creado la Fundación Cultural Antidio Cabal para proyectar a Costa Rica al mundo del arte y para proyectar el mundo en Costa Rica.
Muy a gusto en su San Pedro de Santa Bárbara, don Antidio me despide diciendo: “Antes de entrar en política, soy un hombre culto que lee poesía y que ama el paisaje rural, de árboles frutales”.
Su tierra materna lo espera para entregarle una edición completa de sus escritos. Está feliz de que en este momento en España se rinda un homenaje a una gran amiga suya de juventud, Eunice Odio, de cuyo poema Tránsito de fuego asegura no es menor que el Canto General de Pablo Neruda.

Néstor Zeledón Guzmán en entrevista por Érika Henchoz en ÁNCORA

ARTE

El destino de una vida

ERIKA HENCHOZ mailto:erikahenchoz@gmail.com07:07 A.M. 21/05/2011
De los artistas plásticos que en los años 60 conformaron el Grupo 8, siguen con vida dos. En palabras conocidas en el ambiente cultural, “quedan dos octavos”: el escultor Néstor Zeledón Guzmán y Rafael FeloGarcía. Ambos se mantienen activos honrando su oficio.


La continua labor de don Néstor ha producido una vastísima obra escultórica, que bien dice de su carácter y su pensamiento. También hablan por él la pintura, el dibujo y la escritura literaria en ensayo y cuento.
Han transcurrido más de 50 años de trabajo sin descanso, pero se mantiene vigente su consigna de “artista que dice cosas”. “Soy sensible con respecto a lo que acontece alrededor”, confiesa Zeledón.
Historia, erotismo y tragedia. “Trabajo para reforzar mi visión de las cosas independientemente de si agrada o no”, añade, aunque su trabajo asombra y gusta mucho si juzgamos por las expresiones de quienes lo visitan en su taller.
Néstor Zeledón es de los artistas que no se complacen con quienes conciben el arte solo como un bien material; por el contrario, él considera que una obra no es un objeto que se pone en venta. Su sinceridad denota el mismo ímpetu de denuncia de cuando era más joven.
“Mis trabajos reflejan el estado de caos en el que vivimos. Es imposible aceptar que en los últimos años se venda a Costa Rica, que se la entregue a empresas transnacionales como si los problemas internos no bastasen”, sostiene.
El taller del maestro Zeledón Guzmán se ubica cerca del parque de Barva de Heredia. Allí se exhiben más de 77 obras inéditas y de gran tamaño: de entre dos y cinco metros de altura cada una. Recorrer el lugar sobrecoge incluso al más desentendido de la escultura, por la tendencia expresionista de las obras.
El taller consta de varias salas. Incluye obras pesadas, de denuncia social; otras salas exhiben erotismo, y las demás muestran horrores y errores de la mente humana. Su obra, claramente expresiva, confronta al espectador de manera total, directa e inmediata.
La mirada en detalle del escultor Zeledón Guzmán revela una fuerte dosis de amor por el ser humano indefenso; por el débil, el migrante, el hambriento y el anciano.
La última vez que Néstor Zeledón expuso su escultura ocurrió en 1993 en Taiwán, y un año antes la exhibió en Costa Rica. De esto habla un libro que le trajeron de vuelta quienes montaron su trabajo en aquel país asiático.
Grupo memorable. Escultura, dibujo y pintura, cuento y hasta hermosas poesías abrigan el alma de este hombre dócil en apariencia. Sin embargo, talla con fuerza indeclinable la madera.
El artista nació en Guadalupe de Goicoechea hace 78 años. Sus ojos claros de mirada sostenida adoptan tonos distintos cuando menciona injusticias.
Don Néstor admite que aspira a contar con su propio museo, y anuncia que su trabajo concluirá el último día de su vida.
Romper con lo tradicional fue lo que se propusieron ocho artistas costarricenses al crear –precisamente– el Grupo 8: Luis Daell, Harold Fonseca, Felo García, Hernán González, Manuel de la Cruz González, Guillermo Jiménez, César Valverde y Néstor Zeledón.
Cada uno de ellos se expresó según su estilo en 1961 en la galería Las Arcadas, del centro de San José. Entonces promulgaron “un manifiesto estético, un credo de combate, una crítica al conformismo del medio artístico”, según recordó en 1997 el dramaturgo y arquitecto Samuel Rovinski en la exposición de Los 5/8, realizada en la Sala José Figueres Ferrer.
“Los ocho deseaban librarse del orden estético establecido. Los ocho rompen cadenas del statu quo y actúan con entera libertad para hacer volar su imaginación”, comentó entonces Rovinski.
Eran ocho inconformes que sacudían la modorra del ambiente artístico nacional, agregó don Samuel. Años más tarde, la pintora Lola Fernández, Carlos Poveda y Guillermo Combariza se unieron al Grupo 8.
Custodio de la memoria. Néstor Zeledón llegó a la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Costa Rica como alumno regular sin haber terminado aún su bachillerato. Al tiempo que aprendía el oficio de artista, estudiaba por las noches las materias académicas para conseguir el grado de bachiller de segunda enseñanza.
El interés por forjarse el futuro lo hizo adelantarse a su época, y desde muy joven procuró convertirse en un custodio de la memoria histórica.
Zeledón ha recibido tres veces el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría: dos en escultura (1967 y 1971) y una en dibujo (1976). También se le otorgó el máximo galardón de la cultura costarricense: el Premio Magón de 1992.
Don Néstor ahora se prepara para la exposición que ha previsto el Ministerio de Cultura y Juventud. Se incluirán obras inéditas: unas 50 esculturas acompañadas de maquetas y dibujos que muestran el proceso que transita Néstor Zeledón para llegar a la obra definitiva. También habrá dibujos.
Solo se espera la fecha definitiva para el montaje de la exposición, posiblemente a inicios del 2012. La exhibición se ofrecerá en el Museo de Arte Costarricense por espacio de tres meses.
“Quiero darle a la exposición un carácter educativo, formativo, con visitas guiadas; que se sepa que, en estos años maduros, uno puede seguir siendo fructífero. Me siento muy bien con lo que hago; doy clases en mi taller a amigos, y espero ofrecer charlas a los visitantes de la exposición. Me encargaré de atender a los jubilados de la Universidad de Costa Rica, antiguos compañeros de trabajo”, adelanta Zeledón.
Las esculturas de Néstor Zeledón Guzmán abrigan sentimientos muy marcados: desolación, rupturas, anhelos, horrores de la condición humana y... esperanzas.
Conocer a don Néstor será una experiencia singular para cualquier compatriota. Habrá así que coincidir con un artista que se impuso con firmeza una ruta que plasme la obscura y deslumbrante realidad interior del ser humano.


Nandayure Harley en ¡BAILAR POR SIEMPRE!

DANZA

La vida es bailar por siempre

ERIKA HENCHOZ mailto:erikahenchoz@gmail.com07:05 A.M. 26/02/2011
Nadie debería convertirse en bailarín si bailar no es una necesidad vital desde la transpiración de su piel hasta la expresión más viva de su espíritu. Así piensa la bailarina costarricense Nandayure Harley.

IMAGENES/FOTOS
  ha creado más de 30 coreografías. En 1993 recibió el Premio Nacional de Danza en la categoría de coreógrafa. Sus coreografías han sido premiadas en el Festival de Coreógrafos del Teatro Nacional.
Dedicada a tiempo completo a la creación coreográfica y a la docencia, esta mujer, de paso firme y alma viajera, cree que bailar profesionalmente quedó marcado en su espíritu. Ahora baila por siempre a través de su elenco.
Saber en qué momento corresponde a un bailarín dejar las tablas será siempre un misterio. Por ejemplo, Alicia Alonso,prima ballerina cubana, abandonó los montajes del Ballet Nacional de Cuba a los 71 años. Hoy, con 90 años, sigue de cerca el programa de presentaciones del ballet cubano.
“Quien baila, baila por siempre”, expresa la artista, nacida en San José en 1951 y Premio Nacional de Danza en 1993.
Como el color o la forma. ¿Es la danza sinónimo de libertad? “Es un medio de expresión que permite compartir el mundo interior de la coreógrafa: sus puntos de vista, sus ideas, conocimientos e inquietudes”, responde.
La bailarina estadounidense Isadora Duncan definió la danza como “la expresión del espíritu a través del cuerpo”. A su vez, la costarricense afirma: “El cuerpo debe expresar lo que otros expresan con la palabra, la imagen, el color o la forma”.
Ante la duda de si la práctica de la danza favorece en algo la vida de cualquier persona, Nandayure dice que las disciplinas artísticas, además de las académicas, permiten formar un ser humano integral.
En palabras de la artista, la danza despierta talentos. “El arte es un derecho de todo ser humano, y los sistemas educativos públicos deben integrarlo en sus currículos; de esa forma lograremos alcanzar al ciudadano que idealizamos”, agrega Harley.
Como docente, la danza le permite estar en contacto con jóvenes: y, junto con ellos, esculpir el “instrumento” que es el cuerpo, conocer sus inquietudes y profundizar en los conocimientos.
“Como coreógrafa, me atrae la idea de transformar el mundo del espectador siempre y cuando este me lo permita”, precisa.
“Todos los artistas que he podido conocer han ejercido algún tipo de influencia en mi vida. Así, una misma va creciendo”, confiesa la bailarina. Entre otros creadores, Harley cita a John Cage, Philip Glass, Arnoldo Herrera, Martha Graham, Alwin Nikolais, Merce Cunningham, Joan Miró, Sonia Sanoja, Alejandro Jodorowsky, Pablo Neruda y Rubén Darío.
De Costa Rica menciona a Osvaldo Sauma y Ronald Bonilla: “Por supuesto, mis maestros del Castella y los pilares de la danza moderna y contemporánea: Julián Calderón, Mireya Barboza, Elena Gutiérrez y Cristina Gigirey”, añade. Tampoco se puede dejar de lado a Margarita Bertheau, Margarita Esquivel y Teresita Orozco, pioneras de este arte en el país, lista que incluye a Olga Franco y William Zúñiga.
Entrenarse, ensayar y estrenar. Lo que define a un buen bailarín es someterse al ritual diario llamado entrenamiento. “Este trabajo diario con las limitaciones y las posibilidades expresivas del cuerpo, constantemente retan al bailarín a la renovación”, explica Harley.
También menciona una especie de “lucha de amor-odio” con la técnica, con el maestro, con el cuerpo y –¿por qué no?– con los compañeros.
Para ella, el esfuerzo por controlar el cuerpo “no se aprende ni se guarda en el cerebro o la llave maya”. “Debe continuar igual que la respiración, renovándose cada día, descubriendo nuevas sensaciones y creando hábitos musculares adecuados”, añade.
Otro beneficio para los que se entrenan es el experimentar nuevos movimientos ya que hacerlo enriquece la memoria corporal expresiva. “Sin embargo, en los ensayos se experimentan los momentos más jugosos de la vida del bailarín”, expresa Harley.
“El privilegio de bailar con toda la fuerza del corazón, sin temor a equivocarse, los descubrimientos, aprender y desaprender: todo es una experiencia que se logra gracias a la danza”, detalla Nandayure Harley.
Ya para la función, se requiere otra sintonía personal: “El estreno es un rito, sobre todo para los intérpretes experimentados”, afirma.
¿Con cuánta anticipación se llega al teatro? ¿Con cuánta antelación se debe comer? ¿Cómo es el entrenamiento ese día? Nandayure responde:
–Ante todo, se calientan los músculos y se reconoce el espacio; luego se inicia la sesión del maquillaje y se coloca el vestuario.
”Una se pregunta mientras se enfoca en el escenario: ¿tengo el espacio solo para mí o debo compartirlo? Con el vestuario puesto, una no para de moverse: se estira y se flexiona; realiza pequeños saltos, hace relevé, pequeñas frases de la coreografía y respira profundamente...”.
Suma total. La tensión no se pierde con la larga experiencia. “Estoy nerviosa hasta el infierno en ese instante, pero el moverme me aleja de toda posibilidad de estallar y me mantiene lista para ese momento misterioso, el más imprevisible, antes de que la cortina se deslice”, responde la artista.
“Aunque se siente fantástico en el calentamiento, antes de exponerse a los ojos de los espectadores, el cuerpo se seca instantáneamente, se deprime y hasta duele”, precisa Harley.
Una vez lista en escena, se encienden las luces, se escucha la música que eleva el espíritu y se inicia el gran vuelo, el aquí y el ahora. Concluida la presentación, Nandayure explica por qué debe entonces estirar, estirar y estirar los músculos: “Para alejar las contracturas y los espasmos musculares”.
Así se va descubriendo esa vida íntima de quien baila, de quien ama y baila lo clásico, lo contemporáneo o actual. Claro está, existen además otros aspectos en la vida de un bailarín: la dieta, el descanso según la edad, y la atención al dolor.
“Pocas personas son tan tolerantes al dolor como los bailarines: el músculo sobretrabajado, la articulación lastimada, la torcedura de la espalda... La vieja lesión debe soportarse y hay que aprender a vivir con ella”, confiesa.
Al fin, todo se suma: la nueva coreografía, la técnica necesaria y los hábitos corporales.
Para Nandayure Harley, bailar por siempre es una concepción –diríase– filosófica que salta a la vista a través del instrumento del bailarín: su cuerpo.
Vueltaspor el mundo
Nandayure Harley nació en San José en 1951. Inició su formación en música, ballet y danza contemporánea en el Conservatorio Castella. Luego ingresó en la Escuela de Danza de la Universidad Nacional, UNA, Costa Rica. Posteriormente en Youth Lion Center (Londres), Ecòle de Dance (París), Ballet Folclórico Nacional de Amalia Hernández (México) y Danza en la Biblia (Jerusalén). Estuvo escuelas como las de José Limón, Louise Falco, Louise Wykell y Martha Graham, y en el Departamento de Danza de la Universidad de Michigan.
Formó parte de los elencos de la Louise Wykell Dance Compan, del Grupo de Danza Moderna de Mireya Barboza, del Grupo de Teatro de la Municipalidad de San José, de la Compañía de Cámara Danza UNA (cuya dirección ejerció. Es cofundadora del Ballet Moderno de Cámara de la Compañía Nacional de Danza, de Fantasía Folclórica, y de los grupos independientes Guindolas y Speculum Mundi.Ha creado más de 30 coreografías. Ha recibido el Premio Nacional de Danza en 1993 en la categoría de coreógrafa, y sus coreografías han sido premiadas en el Festival de Coreógrafos del Teatro Nacional.

                                                                      26 de diciembre