Este cielo...

"Madrid se estableció en un terreno plagado de aguas subterráneas, con abundantes pozos y arroyos (muchos de los cuáles se conservan hoy en día). De hecho, en uno de los blasones más antiguos de la capital figura la leyenda: «Fui sobre agua edificada, mis muros de fuego son, esta es mi insignia y blasón», del que hablaré en otra ocasión“.
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